Hoy miro para atrás y veo que durante todos estos años he visto —con inmensa satisfacción— a mucha gente lograr lo que creían imposible. Saber que fui parte de ese proceso, de haber brindado una mano, una palabra de apoyo y estrategias especificas para lograrlo, me llena de orgullo. Desde personas que necesitaban bajar más de 60 kilos (y lo veían imposible) como personas que debían dejar adicciones, que tenían conflictos relacionales o que nunca lograban presentar asertivamente su punto de vista, ya sea por timidez, ansiedad, fobia social, etc. Esa gente hoy está bien. Soy feliz por ellos y me enorgullece haber formado parte de su crecimiento.

También vi gente que creía que tener un vacío existencial en su vida, esa angustia persistente, desaparecía al encontrar su propósito de vida, sus pasiones y las herramientas para respetar quiénes son. Parece un agujero sin fondo, en el que te hundís cada vez más pero, ¿sabes qué? Contás con mi mano, dispuesta a tendértela para sacarte de ese círculo vicioso al que nos acostumbramos malamente a estar. Podes estar y sentirte mejor, siempre.

Doy informes, hago sesiones de mindfullness, consciencia corporal, etc, pero mis particularidades pasan por otro lugar:

Tal vez mi propuesta más atípica —pero que adoro— sea mi múltiple capacitación. Estoy formada en áreas tan diversas como las artes, el coaching, la psicología, la psiquiatría y la nutrición, pasando por una extensa temporada trabajando con personas neurodivergentes desde la perspectiva de la neurodiversidad y el respeto por las diferencias. Así también, es como me crucé con otro tipo de problemáticas donde sentí que no era suficiente el trato halopático. Por ejemplo, como psicóloga puedo notar cuáles so tus conflictos y qué deberías ir haciendo para resolverlos. Te doy tarea para casa. En cambio, desde el coaching, me puedo poner en la función del profesor particular que te da las estrategias especificas, te ayuda en el camino y corrobora que no te desvíes de tus metas, que sigas adelante y que logres lo que desees de manera realista. Puede que no todo sea posible, pero siempre es posible mejorar la realidad, y para eso estoy.

Como ejemplo de todas estas áreas combinadas voy a dejar un breve ejemplo que no habría sido posible sin el abanico de mis estudios: adolescente mal diagnosticada en la adolescencia como psicótica es sobremedicada. Por este error psiquiátrico se descompensa metabólicamente y pasa a pesar 130 kilos de los 50 que tenía. No solamente pudimos determinar que su diagnostico era una neurodivergencia muy conocida actualmente y cambiar su esquema de medicación (hablando con el psiquiatra tratante, por supuesto), sino que recuperamos su metabolismo, que pasó de estado de prediabetes a un estado glucemia normal, aparte de recuperar muchas otras áreas de su salud y de sentirse cada vez más segura en un mundo en el que antes se sentía agobiada e inútil. Hoy, esa chica (ya no tan chica) tiene la hermosa vida que merece. Que todos merecemos.